Un año más y con motivo de la celebración, el pasado miércoles 31 de mayo, del Día Mundial Sin Tabaco, la Delegación Municipal de Sanidad y Consumo y la Delegación de Prevención instaló o una mesa informativa a las puertas del Mercado de Abastos, contando así con la colaboración del personal médico y sanitario del Centro de Salud de la localidad.
En dicha mesa se facilitó una prueba para medir la concentración de monóxido de carbono en la respiración, además de folletos, dípticos informativos de la Campaña 2024, guías para dejar de fumar, entre otros de interés. Asimismo, se proporcionaron piezas de fruta como alternativa de hábitos saludables a cambio de no fumar un cigarrillo.
Presentes y departiendo con las personas estuvieron, en la citada mesa informativa, varias técnicas municipales, así como la concejala delegada de Sanidad y Consumo, María del Carmen Beltrán, y el teniente de alcalde y concejal del área de Prevención Gerardo Ramos, acompañados del médico de atención primaria, Federico de las Heras, que es a su vez responsable del Plan de Tabaquismo Local y la trabajadora social María Sampedro, ambos de la Unidad de Gestión Clínica (Centro de Salud) de Isla Cristina, atendiendo las consultas que han realizado los ciudadanos respecto a las riesgos y consecuencias de esta adicción.
Tanto las autoridades como los profesionales de la sanidad resaltaron “la importancia de la prevención en la infancia y la adolescencia centrando la atención en el uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos tan perjudiciales o más que el tabaco y el uso de cachimbas que puede conllevar otros riesgos para la salud.”
A modo de balance de la acción desarrollada en Isla Cristina, destacar que se realizaron unas 100 pruebas de medición de monóxido de carbono en aire expirado (cooxímetro) que han provocado en algunos ciudadanos la concienciación hacia la abstinencia en el tabaco, los vapeadores y los cigarrillos electrónicos.
Cabe destacar que este año el Día del Tabaco se celebra en todo el mundo, este año con el lema “Proteger a los jóvenes de la interferencia de la industria tabacalera.” Y es que la juventud de todo el mundo está pidiendo a los gobiernos que adopten políticas que les protejan de las prácticas manipuladoras de las industrias tabacalera y otras industrias afines, incluida la comercialización incesante de sus productos peligrosos a través de las redes sociales y las plataformas de streaming.
Hay 1.300 millones de consumidores de tabaco en todo el mundo. El tabaco mata a alrededor de 8 millones de personas cada año (más de 7 millones de fumadores activos y más de 1 millón de no fumadores expuestos al humo ajeno). La esperanza de vida de los fumadores es al menos 10 años menor que la de los no fumadores.
El tabaco es el único producto de consumo legal que mata hasta la mitad de sus consumidores cuando se utiliza exactamente de acuerdo a las indicaciones del fabricante. Las empresas tabacaleras gastan al año más de 8.000 millones de dólares en marketing y publicidad.
Los niños y adolescentes que usan cigarrillos electrónicos tienen al menos el doble de posibilidades de fumar cigarrillos más tarde en su vida. Las y los jóvenes de todo el mundo reconocen el impacto negativo de la industria en cuestiones que les preocupan: salud física y mental, sostenibilidad, contaminación por plásticos, devastación medioambiental y cambio climático, trabajo infantil, pobreza e inequidad.
Los grupos de jóvenes de todo el mundo pueden instar a sus gobiernos a aplicar medidas para prevenir el consumo de tabaco y la adicción a la nicotina y pueden pedir que las corporaciones tabacaleras rindan cuentas y se responsabilicen económicamente de los daños pasados, presentes y futuros causados por sus actividades.
Los gobiernos deben aplicar el CMCT de la OMS, incluyendo el aplicar y hacer cumplir la prohibición total de publicidad, promoción y patrocinio y las directrices específicas sobre la publicidad, promoción y patrocinio transfronterizos del tabaco y sobre la representación del tabaco en los medios de entretenimiento, adoptadas en la COP 10 en febrero de 2024; aumentar los precios y los impuestos de los productos de tabaco y nicotina para hacerlos menos asequibles; prohibir la venta de estos productos a las y los niños; y proteger las políticas de control del tabaco de la interferencia de la industria.
Los gobiernos también deben tomar medidas contra los productos y el marketing que atraen claramente a jóvenes y deben responsabilizar a las industrias tabacaleras y afines, incluida la imposición de sanciones económicas, por:
- Las infracciones de las leyes nacionales con prohibiciones de publicidad, promoción y patrocinio;
- Los daños que causan a la salud y al medio ambiente;
- Los costos sanitarios, medioambientales y económicos asociados a la producción, comercialización y uso de los productos de la industria y su marketing engañoso y otras prácticas empresariales que socavan la salud pública y las políticas medioambientales.